MÁS FLEXIBILIDAD Y EMPATÍA EN SU ENTORNO LABORAL





MEXICALI, diciembre de 2019 (Especial/únicoBC).-  El cáncer de mama es una enfermedad a la que todas las personas están expuestas (Sí, incluso los hombres). Sin embargo, es el sexo femenino el que más se ve afectado, pues se trata del padecimiento oncológico más frecuente en las mujeres de 25 años en adelante.

Por otra parte, en México, el aumento de hogares cuyo sostenimiento depende principal o totalmente de las aportaciones de una mujer, generalmente la madre de familia, es tendencia. De acuerdo con la más reciente edición de la Encuesta Nacional de los Hogares publicada por el INEGI, (ENH), del total de familias mexicanas(34.1 millones), las encabezadas por mujeres aumentaron a 28.5% en 2017, mientras que en 2014 la proporción era de 27.2%.

Cuando una mujer jefa de familia es diagnosticada con cáncer de mama, a la impresión de conocer la noticia se le suma el estrés de necesitar tiempo y cuidados especiales para restablecer su salud, y por lo tanto la necesidad de ausentarse de sus actividades laborales, sin que esto genere pérdida económica que afecte la estabilidad de su familia.

Como tal, el impacto del diagnóstico de cáncer de mama en el ámbito laboral no es el mismo para todas ellas. Para algunas, el efecto resulta mínimo, gracias a un horario de trabajo flexible, un jefe comprensivo y compañeros solidarios que le ayuden a sacar adelante sus tareas.

Para otras puede ser todo lo contrario, debiendo enfrentarse a la necesidad de dividirse entre su trabajo y su tratamiento, y la toma de decisiones: ¿Debo dejar de trabajar por un tiempo? ¿Cómo pagaré las cuentas del hogar?

Todo depende de la persona afectada, de su disposición y de la etapa en la que su enfermedad se encuentre al momento de detectarse, explicó la Psicóloga Marilyn Martínez Larios, Docente de la Licenciatura en Psicología en CETYS Universidad Campus Mexicali.

“Tiene que entenderse que la mujer es un ser biopsicosocial, y que el cáncer de mama afecta exactamente esos tres ámbitos: Físico, biológico y psicológico. Hay mujeres que pueden llegar a verlo como un reto, y otras como un motivo para deprimirse”.

En cualquiera de los casos, recordó la profesora, los tratamientos provocan secuelas que pueden alterar el desempeño de la paciente en el trabajo, así como la manera de relacionarse con sus compañeros; por ejemplo vómitos, fatiga e incluso desmayos.

La negación y la falta de cuidados representan un importante riesgo para la salud de una mujer con cáncer de mama, señaló. “Son pocas las empresas que dicen tienes esa enfermedad, no hay problema, disminuimos tus horas; al contrario, se piensa que, como debe haber igualdad, la paciente debe seguir haciendo lo mismo de siempre, como los demás”. 

Para quien padece cáncer de mama, llevar a cabo sus actividades laborales habituales es equivalente a trabajar tres veces más, en comparación con una persona libre de enfermedad. En estos casos, el trabajo se convierte en una carga que impide que el tratamiento cumpla su función en la totalidad.

Flexibilidad y concientización: Claves en el entorno laboral de una mujer con cáncer de mama

Para ayudarlas, “Lo correcto es que las empresas lleven a cabo un proceso de acomodación, facilitándoles el acceso a puertas, sanitarios, impresoras, o cualquier equipo, que las ayude a evitar esfuerzos. Tiene que haber disposición de los departamentos de Recursos Humanos, y en la medida de lo posible, evitar el recorte de salario por incapacidad”.

“También para decirles qué trámites deben hacer ante el IMSS, seguros particulares, y asistencia psicológica, hasta disminuir las horas y la carga laboral; incluso permitir el home office, ya que desde casa la paciente estará más cómoda y probablemente será más productiva”, sugirió la docente.

Los compañeros de trabajo cumplen un papel fundamental en el proceso que vive una trabajadora bajo tratamiento oncológico. “Es normal que cuando nos enteramos, queramos sobreproteger, pero lo mejor siempre será normalizar la situación y hacerlas sentir útiles, y valiosas. En la medida de lo posible, como si no hubiera pasado nada. No se trata de quitarles las cargas, sino de facilitarles el proceso”.

La especialista consideró que la mejor manera que tienen las organizaciones para ayudar a sus colaboradoras a enfrentar un proceso oncológico, es tratarlas con flexibilidad y paciencia, y mantener acciones preventivas y de concientización.

“Que tengan una mente más abierta, que no cierren las oportunidades, que sean facilitadores para hacerlas sentir útiles en su trabajo, que se sientan apoyadas y sientan que sí pueden sacar adelante. Recursos Humanos debe visualizar que la mujer es un ser biopsicosocial; así como le están pasando cosas a su cuerpo, también su mente está distraída probablemente, y al mismo tiempo necesita un sustento económico, entonces hay que tener más compasión, empatía y menos discriminación”, concluyó la profesora Martínez Larios.

Prevención y solidaridad

Para CETYS Universidad, la salud de sus colaboradores y familias es lo más importante. Es por eso que, año con año, nos sumamos a la lucha contra el cáncer de mama, y lo hacemos de la mejor de las maneras posibles: Con prevención. Así lo explicó Norma Valle Holguín, Directora de Recursos Humanos del Campus Mexicali.

“Cada año tenemos la Feria de la Salud, donde a las mujeres les entregamos vales por mamografías gratis. También mantenemos colaboración con la fundación Mujeres que Viven, tratando de canalizar a quienes necesitan más información, a quienes desean ser parte de su voluntariado, y por supuesto también los casos que requieren prótesis y pelucas oncológicas”.

Pláticas y talleres de concientización periódicos para empleados y alumnos, así como la cobertura total de gastos médicos mayores para colaboradores de planta, también forman parte de las acciones de CETYS, para su comunidad en general, y especialmente cuando ocurre un caso de cáncer de mama o de cualquier tipo.

“Se les apoya en todo momento. Adecuamos espacios, brindamos lugares especiales de estacionamiento, se dan adelantos y préstamos económicos, nos aseguramos de que el dinero no sea un problema para que ellas estén bien, así como permisos para acudir a citas, análisis; en pocas palabras, todo lo que CETYS puede hacer, lo hace”, detalló la Directora.

Rebeca García trabaja en el departamento de Compras de este campus, y es colaboradora de CETYS desde hace 35 años. Alegre y motivada, agradece a sus jefes y compañeros el apoyo recibido durante sus tres décadas y media de servicio; particularmente durante la etapa en que fue diagnosticada con cáncer de mama en el año 2005.


“Yo puedo constatar que en verdad CETYS es mucho más que una empresa, es una familia. Me dieron además de todas las facilidades para recibir mi tratamiento y después para regresar a trabajar, a pesar de que me ausenté casi 9 meses que estuve incapacitada. Durante ese tiempo me hicieron sentir querida, siempre al pendiente de mi salud, y aunque no lo crean fueron un gran motor, porque son mi segunda familia y los quiero como tal. Nunca olvidaré todo lo que hicieron por mí”, compartió.


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